El experto analiza cómo las organizaciones pueden favorecer activamente la generación e implementación de ideas que generen nuevos negocios

Muchos líderes en las organizaciones parecieran estar preocupados por los necesarios procesos de innovación. Son muchas las necesidades, pero aparentemente son pocas las personas, en proporción, que empujan activamente la innovación en la práctica. ¿No están bastando los cursos sobre agilidad, analytics y programación para que esto ocurra? Resulta más que evidente que se requiere algo más que eso.

Mucho se ha hablado sobre la innovación sobre todo desde la crisis sanitaria, donde parece haberse puesto un turbo a todos los procesos de cambio. En este sinnúmero de definiciones relativas a innovación, hay una que resume con precisión y sencillez de qué se trata: la INNOVACIÓN es la capacidad que tienen las organizaciones para transformar IDEAS en VALOR.

Esta definición, por sencilla que parezca, encierra conceptos demasiado relevantes para quienes deseen que las cosas importantes ocurran:

  • Las IDEAS constituyen el insumo esencial sin el cual la innovación no va a poder darse
  • No basta solo con las IDEAS: la INNOVACIÓN es el producto de llevar las ideas a la acción
  • La INNOVACIÓN se producirá si la INNOVACIÓN produce VALOR o RIQUEZA

Con mucha astucia el economista norteamericano Theodore Levitt, quien fuera catedrático de Harvard Business School, expresó que mientras “La creatividad es pensar en nuevas ideas. Innovación es hacer cosas nuevas“. Nunca mejor sintetizado.

La innovación con origen en la ideación puede ser explicada muy gráficamente con lo que le sucedió al históricamente conocido científico Arquímedes (287 AC – Siracusa – Italia) quien una vez gritó “Eureka” (queriendo expresar “lo encontré” o “lo descubrí”). Sucede que muchos estudiosos de la psicología humana han explicado que las ideas pueden surgir en cualquier momento, pero que está demostrado que existen determinadas situaciones que ayudan a impulsar con mayor fuerza la creatividad. Se trata del proceso de creación de ideas o de “ideación”.

Ahora bien ¿existen herramientas, mecanismos o estructuras que favorezcan el surgimiento de las ideas y la innovación?

ISO (Internacional Organization for Standardization) es la Organización Internacional de Normalización, cuya principal actividad es la elaboración de normas técnicas internacionales, y desde no hace mucho tiempo comenzó a trabajar en una serie de normas (ISO 56000) que tratan a la innovación como un proceso organizado y sistémico. Esto parece “algo más”, pero no lo es. Nada más necesario que un proceso lógico y estructurado para transformar ideas en proyectos, y proyectos en realidades.

Esta serie de normas tratan aspectos tales como los que se exponen en las normas que integran la mencionada serie.

  • ISO 56002, Gestión de la innovación – Sistema de gestión de la innovación
  • ISO 56003, Gestión de la innovación. Herramientas y métodos para la asociación para la innovación.
  • ISO / TR 56004, Evaluación de la gestión de la innovación
  • ISO 56005, Gestión de la innovación. Herramientas y métodos para la gestión de la propiedad intelectual.
  • ISO 56006, Gestión de la innovación – Gestión de inteligencia estratégica
  • ISO 56007, Gestión de la innovación – Gestión de ideas
  • ISO 56008, Gestión de la innovación. Herramientas y métodos para mediciones de operaciones de innovación.

ISO 56002 explica la importancia de la innovación resaltando que se trata de un factor clave para el crecimiento sostenido, la viabilidad económica, el bienestar creciente de cada organización, y el desarrollo de una sociedad. Destaca al respecto que un “sistema de gestión de innovación” se basa en la capacidad para comprender y responder a las condiciones cambiantes de su contexto, buscar nuevas oportunidades, y complementar el conocimiento y la creatividad del personal en la organización y en colaboración con partes interesadas externas.

Las organizaciones pueden innovar con más eficacia y eficiencia si se gestionan como un sistema, es decir, mediante la estructuración inteligente de todas las actividades necesarias y otros elementos interrelacionados o que interactúan entre sí para que la innovación se produzca. Es decir, para que fluyan las ideas, y que estas recorran el camino necesario hasta entregar valor a las partes interesadas.

Y me han desafiado más de una vez: “Pero la mayoría de las organizaciones innovadoras no disponen de procesos para innovar”. Esto es falso, aunque tal vez no lo hayan implementado bajo ISO 56002 que, dicho sea de paso, fue cocreada por un grupo de impresionantes profesionales en cantidad y en conocimiento, proveniente de numerosos países (nada despreciable si de expertos en innovación se trata).

Además, si consideramos que la inmensa mayoría de ideas queda en el camino y que muchas de ellas ni siquiera llegan a ser escuchadas por quienes debieran, las pérdidas de las organizaciones por oportunidades no aprovechadas es demasiada. Por otra parte, la frustración de muchos de los nativos digitales que no se sienten considerados explican parte de la rotación que hoy es alarmante.

Aplicaciones de Ideación

Por nuestra parte, y adeptos a las nuevas tecnologías, he participado en la creación de una solución para dinamizar el proceso de innovación. Se trata de una herramienta que posibilita la innovación abierta en las organizaciones a través de la ideación: www.dreamnova.app

Dreamnova orquesta el proceso de generar, desarrollar y comunicar ideas. Parece sencillo, pero, como hemos mencionado, las organizaciones no suelen hallar la forma para que esto ocurra.

Nuestro diseño se basa en un modelo mediante el cual la ideación adquiere un significado más amplio e incluye los procesos de generación, evaluación, comparación y selección de ideas, y la agrupación y fusión de estas ideas en nuevas propuestas de proyectos o extensiones de proyectos existentes.

A través de las mejores prácticas de ideación que manejamos, y el poder colaborativo que brinda la tecnología, desafiamos a las personas, las ideas fluyen con mayor velocidad, toman fuerza mediante diferentes tipos de impulsos. Y las que obtienen mayor adhesión pueden transformarse en exitosos proyectos y, entonces, en realidades.

En definitiva, se logra que las ideas fluyan, se compartan, se discutan. Nunca fue tan sencillo y efectivo para nosotros innovar y ahora queremos trasladar toda esta experiencia a otras organizaciones. Estamos seguros de que existen grandes ideas que aún no han aparecido y que podemos hacer que vean la luz muy pronto. ¿No se trata de una buena idea?

*Carlos Rozen es Socio de Consultoría de BDO en Argentina